Atenas y un poco más

La capital de Grecia o lo que es lo mismo la cuna de la civilización, es una ciudad con un fuerte carácter mediterráneo, y muy bonita sobre todo para perderte.

Uno de los principales atractivos que tiene es visitar el Acrópolis, y aunque podría aburriros al hablar de todos los templos y ruinas que alberga, es mejor que os diga que la sensación de verte allí, según llegas arriba frente al Partenón, es como que casi no lo te lo crees que estés ahí  y a pesar de que todo está en bastante mala condición, gracias al desfalco de los ingleses, te sientes como en la cima del mundo, sobre todo si vas al atardecer. Cuando el sol está cayendo el sitio es muy bonito, casi de Dioses, nunca mejor dicho. Y es que no os lo había dicho todavía, pero llegar al Acrópolis requiere de un esfuerzo considerable, pero los caminos llenos de olivos te hacen bastante amenas sus cuestecitas.
Yo solo os digo que en el mismo viaje subí dos veces, por algo será.

Acrópolis

Y claro después has de bajar, pero cuando llegas a la base de la montaña, te encuentras con el barrio de Plaka, un lugar perfecto para callejear, perderte y aprovechar las tabernas y los restaurantes, donde  si puedes, pégate un buen homenaje. No te olvides de probar la rica moussaka, y si el presupuesto es algo más limitado, no te vayas de la zona sin comer un helado, rico, rico.

Callejuela del barrio de Plaka

Otro día podéis perderos por el barrio de Monastikari, más moderno que el de Plaka, pero que también está bien conocer y callejearlo, y como lo tenéis cerquita no podéis dejar de ver el Parlamento Griego y su plaza de Sintagma, donde podéis ver el cambio de guardia (solo los domingos a las 11h.) o simplemente ver a los guardias, claro está, haciendo guardia.
Si todavía os quedan ganas de seguir subiendo cuestas, os recomiendo subir a la colina del Lycabettus, aunque también tiene funicular por si os apetece subir fácilmente. Desde aquí las vistas de toda Atenas son espectaculares, también mejor al atardecer, y es que no es por nada pero no sé porque,  pero el sol al caer ilumina esta ciudad de una manera especial.

Cambio de guardia en el Parlamento

En otro punto de la ciudad tenéis los domingos por la mañana el Pazari, un mercadillo metido en las callejuelas del barrio de Monastiraki, que si os gusta mercadear y el regateo, ese es vuestro sitio. Eso sí, esto es recomendación muy personal, es todo como muy estrecho, hay mucha gente, por lo tanto la cartera bien agarrada.

A partir de aquí os podría decir que podéis ir al templo de Zeus Olímpicos, o bien si os apetece salir de la ciudad, ir a Delfos. Estos sitios son todo ruinas Griegas que si os gusta el arte y la historia merece la pena la visita.

Y si ya os aventuráis un poco más, un crucero por algunas de las islas griegas, es algo totalmente recomendable. Las islas son como las vemos en la tele y en las fotos, todas blancas y azules, muy cuestas y con burros en los que pueden darte un paseo. Pero mi mayor recuerdo de estas son la de los pescadores a pie de puerto faenando y no dejéis de probar los pistachos, los venden por todos los lados y están buenísimos.

Isla Mykonos